MOZART Y EL OÍDO ABSOLUTO

Se entiende por oído absoluto aquella facultad que poseen escasas personas de identificar con precisión fuera de contexto musical el sonido emitido por ejemplo la bocina de un automóvil (que nota musical ha producido) al sonar el claxon.

Esta facultad se estima que únicamente la posee el 1 por ciento de la población mundial.

El niño Mozart, prematuro en todo, pronto se encargó de decir al mundo con sus acciones: “yo tengo oído absoluto para bien y para mal”

Si, porque aunque para su profesión fuese una gran ventaja, para otras cuestiones de la vida era un inconveniente que a veces causaba dolor.

Tanto es así que, en el famoso libro de: Jean y Brigitte Massin titulado Mozart se dice: “ciertos sonidos le resultaban insoportables” y se narra la aversión enorme que sentía por el sonido de la trompeta, hasta el punto de ponerle enfermo.

Pero esta versión del oído absoluto pronto tendría su contraria respuesta; si porque en 1769 con 13 añitos lo llevó su padre Leopoldo (excelente promotor de su hijo) a Italia para que conociera la importante música que allí se hacía.

Y, en la Semana Santa de 1770 en Roma tuvo la oportunidad de escuchar el famoso Misserere De Gregorio Allegri cuya partitura estaba blindada sin poder acceder nadie a ella.

Mozart, haciendo gala de su oído absoluto y de su prodigiosa memoria musical inmediatamente escribió en notas todo el Misserere, dejando boquiabiertos al Papa y a sus acompañantes.

Termino solidarizándome con todos los poseedores del oído absoluto deseándoles leves molestias de esta ruidosa sociedad que nos ha tocado vivir.

En la foto Leopoldo Mozart padre del gran genio que supo impulsar la gran carrera de su hijo Amadeus.

otoño 2025

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