
En el complicado mundo de la composición musical, como en otras facetas de esta vida, encontramos de todo. Unos se dedicaron a componer para Dios, otros a divertir a la burguesía, otros a exaltar los valores naturales de sus respectivas patrias, otros a vitorear los nacionalismos, otros a remedar a los pájaros, etc., etc.
Pero, en la Historia de la Música existieron dos señores que, además de atender sus encargos porque en ellos les iba su sustento diario y las atenciones inherentes para sus vidas, siempre conservaron una intensa preocupación por aquellos que formamos el público encargado de recibir sus mensajes sonoros.
Estos señores eran F.J. HAYDN y L. van BEETHOVEN, existiendo documentos históricos que así lo demuestran:
HAYDN, en relación con el asunto dijo:
«Una voz secreta me susurraba: » Aquí abajo hay muy pocas personas felices y satisfechas; su destino es siempre el dolor y la pena. Quizás algún día tus obras serán una fuente donde los abrumados, los agobiados por preocupaciones, hallarán momentos de alivio y descanso.»
Por su parte, BEETHOVEN se expresó así:
«Desde la temprana infancia, mi anhelo de servir de cualquier manera posible por medio de mi arte a nuestra pobre humanidad doliente nunca se ha visto alterado por ningún motivo inferior, exceptuando la íntima sensación de felicidad que siempre acompaña a tales acciones.»
Seguro que habrá muchos compositores que al tomar su pluma y papel pautado habrán tenido en su conciencia la idea de compartir, de la forma más asequible y bella posible, sus mensajes con el futuro público destinatario de los mismos pero, en mis lecturas musicales, nunca hasta la fecha encontré evidencias tan firmes y concretas como las que pronunciaron estos dos gigantes de la música.
Me declaro testigo sufriente de que algunas obras de estos genios empatizan con nosotros haciéndonos que esta vida sea más feliz y armoniosa. Me gustaría que tú, tengas parecida opinión.
Cerrando el post encuentro con gran alegría esta cita de MICHAEL TIPPETT (compositor británico fallecido en 1998) que dice:
«Si la música que escribo me permite crear un mundo sonoro donde algunas personas de mi generación encuentran sosiego para su vida interior, entonces es que hago bien mi trabajo. Esta es la gran tarea: intentar transformar la vida cotidiana de las personas con un enfoque de eternidad.»
Finalizo con un recuerdo para MICHAEL TIPPETT.

Verano 2022.