
«Sabio es quien monotoniza la existencia, puesto que entonces cada pequeño incidente tiene un privilegio de maravilla.»
( Fernando Pessoa, 1888/1935 en el Libro del desasosiego)
La cita, del ilustre portugués, me sirve para enfocar un tema que desde hace más de un siglo se convirtió en excesivamente recurrente en la vida musical, extendiéndose además a todas las clases de músicas aunque me referiré con notoria preferencia a la barroca y a la mal llamada «clásica»
Algunos de los grandes estudiosos de la Historia de la Música, véase Nikolaus Harnoncourt, apuestan que, en los siglos XVII y XVIII los entonces oyentes de música eran más cultos que los de hoy y sobretodo que huían de la monotonización musical: por buenas que fueran las obras que escuchaban, pronto las abandonaban por citar un claro ejemplo la Pasión según San Mateo de BACH que estuvo casi cien años ausente de programa hasta que Felix Mendelsshonn la recuperara, sometiéndose a nuevas sensaciones sonoras con las que disfrutar del arte musical.
Desde hace bastantes años, los profesionales de la interpretación musical, los encargados de confeccionar programas, etc., argumentan que el público de todo el mundo sólo quiere monotonizar sus conciertos, oír lo que tantas veces ha oído ya: Mozart, Beethoven, Chaikovski, etc.; en absoluto queremos arriesgar nuestros oídos a nuevas composiciones, menos aún si se tratara de música atonal o dodecafónica.
Son por tanto los datos estadísticos los que temporadas tras temporadas nos demuestran que somos un público excesivamente conservador.
Y nos vendría bien aunque fuera temporalmente abandonar nuestra monotonía musical adquirida para afrontar como dice Pessoa nuevos incidentes musicales que alegren nuestras vidas conociendo además a otros compositores.
Claro, que esto exige una nueva educación musical que debe comenzar en la vida política y trasladada a las escuelas y universidades para fomentar con un nuevo espíritu la formación musical colocando al ARTE en el lugar que debe corresponderle y no parchear con una disciplina artística cada día más importante como es la música en la vida.
Porque no olvidemos que, pese a la saturación musical que sufre nuestra sociedad en todos los lugares, también cada día más la música se está convirtiendo en una excelente herramienta de trabajo en lugares tan insólitos como: quirófanos, consultas relacionadas con la psique, gimnasios, etc. etc.
No me arrepiento de monotonizar mis escuchas musicales pero como dice Pessoa me resulta muy gratificante encontrar, de vez en cuando, un incidente musical nuevo que me engancha a un compositor hasta entonces desconocido; así me ocurrió hace 50 años con Mahler y aquí sigo enganchado a su obra agradeciendo además al cine su primer encuentro.

(En la foto F. PESSOA)
Caluroso 6 agosto 2023.