
Que MAHLER sentía una predilección especial por su madre Maria y muchas reservas tendentes al odio a consecuencia de la conducta de su padre, es un hecho en el que coinciden todos sus biógrafos y especialmente HENRI LOUIS DE LA GRANGE quien aportó un sinfín de intimidades mahlerianos en su gran biografía.
Contaba Gustav, “ que viviendo ya en Iglau una noche su padre llegó a casa borracho profiriendo enormes gritos que despertaron a sus hermanos pequeños comenzando a llorar. Me levanté, continúa Gustav y me dirigí al cuarto de mi madre pero la puerta estaba cerrada y mi padre estaba con ella. Mi madre, que gritaba, comenzó a emitir unos sonidos que por mi edad no entendía bien, me entró tanto miedo que salí huyendo al cercano bosque. De lejos venía un sonido de un organillo que cantaba una canción popular cuya letra dice:
Ah, querido Agustín, todo se acabó!.
Apaciguado por la música, volví a casa y en la cama seguí cantando todas las canciones populares que conocía.
Estas canciones, han sido para mí un potente imán para, en mis composiciones, interrumpir las grandes líneas melódicas intensas y dramáticas por danzas y cantos populares.”
Ya, en su primera sinfonía Titán, podemos observar esta particularidad de mezclar: lo sublime con lo popular que llevo a cabo hasta sus últimas obras. Como siempre Gustav, fiel a sus principios aunque sus contemporáneos no le entendieran.
Recomendación para terminar:
Puede que, a tu estado de ánimo, venga bien sentirte en el Cielo durante media hora en ese caso, cómodo y libre de ruidos, entras en YouTube buscas Tercera de MAHLER y escuchas el Adagio (último movimiento de la sinfonía) al que su autor apodó “Lo que me dice el Amor” y, seguro que jamás olvidarás la experiencia.

wow!! 102AD ASTRA PER ASPERA
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