A principios de los 90, surge en nuestro país la necesidad de crear orquestas sinfónicas que llenasen de contenido la cantidad de auditorios de reciente construcción diseminados por todo el territorio.
Para ello, se convocaban pruebas con el fin de seleccionar a los posibles integrantes de estas orquestas. En Andalucía, por simple acto de curiosidad, asistí a más de una selección de estos profesionales. Cuando después de haber escuchado a los candidatos el tribunal, previa deliberación, leía el acta de admitidos, se producían desagradables sorpresas porque la mayoría de los elegidos eran profesionales extranjeros pero europeos y poquísimos, a veces ninguno españoles.
Pese a las protestas sindicales, de las que se hacían eco los medios, para mí, que por supuesto era un simple curioso, llevaba razón el tribunal porque los españoles no daban la mínima talla exigible para ser miembro de alguna orquesta.
Hoy, esta situación ha cambiado radicalmente y tenemos que felicitarnos por ello. Hoy, en las más importantes y destacadas orquestas europeas desempeñan como solistas muchos jóvenes españoles sin dejar de lado los que lo hacen desde segundos atriles.
Y, recordando todo este viraje profesional musical, creo que sería el momento oportuno para que alguien como el CENTRO NACIONAL DIFUSIÓN MUSICAL tomara la iniciativa de al menos una vez al año, convocar a todos nuestros excelentes profesionales dispersos por las orquestas europeas, reunirlos y preparar unos programas musicales para que los españoles podamos conocer y disfrutar su arte en nuestra tierra. Para liderar artísticamente similar proyecto, se podría pedir la colaboración de los más señeros directores musicales de España y así, todo se quedaría en casa. Tengo la completa seguridad , caso de que esto se hiciese realidad, de que esa posible orquesta formada por los mejores músicos españoles del momento, nada tendría que envidiar a las mejores formaciones de Europa.
CNDM, tenéis la palabra.
Desde el rincón de Farkas
Verano 2020.