«Amo esa voz escondida por el compositor para compartirla con la audiencia.»
(Leonard Bernstein)
Desde finales de los años sesenta (68?) me siento dulcemente atrapado por Bernstein y a él vuelvo a lo largo del año en muchas ocasiones; leerle, escucharle, verle, todo un placer para mi vida emocional y mis sentidos.
Hoy, él ha sido el que me ha invitado a reflexionar sobre el contenido de este título; encontré, sin pensarlo, su frase en uno de mis cuadernos y me pregunté: ¿y… tú, no eras un manipulador sublime?.
Sé que el término «manipulación», en los tiempos que corren más que nunca, no goza de buena prensa para las clases sociales porque siempre pensamos en el polo negativo de su significado: manipulación laboral, social, política, religiosa y hasta terrorista.
Pero, en el mundo de las bellas artes, la manipulación es harina de otro costal, al menos eso creo yo!. Aquí, la «manipulación», tiene una semántica de signo positivo que da a las artes sostén, vida y las hace imperecederas.
¿Qué sería del DAVID sin el famoso manipulador MIGUEL ANGEL?
¿Qué sería de la GIRALDA de Sevilla sin los manipuladores almohades?
¿Qué sería de la FRAGUA DE VULCANO sin el manipulador Velazquez?
¿Qué sería de la historia de la SINFONÍA sin el manipulador, sordo además Beethoven?
¡Qué sería de la LITERATURA UNIVERSAL, sin Cervantes?.
Así, podría continuar ocupándome de todas o casi todas las manifestaciones artísticas y siempre, lo que hay detrás de ellas son las perfectas: manos, oídos, etc., de esos grandes manipuladores que son los genios del arte, trabajen en: piedras, colores, palabras, sonidos, etc.
Leny, así le llamaban los íntimos a Bernstein, fue desde que le conocí un simpático «manipulador» que llevó sus formas más allá de la música. Dominaba y manipulaba la retórica, la persuasión, la intimidad, el gesto, la danza, la pedagogía; lo que vulgarmente llamamos un artista completo.
Poseía una inteligencia muy sutil que le permitía llegar donde otros jamás lo hacían. Como apoyo de mi razonamiento, ahí está la frase con la que abro el post y que en su práctica como director de orquesta está suficientemente acreditada; ¿creéis que hay muchos capaces de darse cuenta de las intenciones soterradas de un compositor sin tener un dialogo con él?. ¿No es loable que además disfrute y nos haga disfrutar compartiendo con nosotros sus conclusiones musicales elaboradas como consecuencia de un intenso trabajo?.
Pronto se cumplirán 27 años de su muerte (14 octubre 1990) vivió poco, prefirió hacerlo intensamente, como a él le gustaban las cosas de la vida y nos dejó un buen legado como: compositor, director, pedagogo musical y por supuesto como ser humano.
Verano 2017.