Haydn y Mozart fueron dos genios de la composición musical que empatizaron a la perfección. Haydn, se deshacía en elogios ante el talento que cuando juntos estaban,derrochaba el joven Mozart.
Esto, que puede ser una obviedad, en el mundo del arte no lo es porque es más bien un terreno abonado para las rencillas y los celos profesionales; pocos casos se dan como el de la admiración mutua de esta talentosa pareja de músicos.
Y, ahora la historia en forma de simpática anécdota que nos cuenta Nicolás Slonimsky ( a quien pusieron el sobrenombre de Doctor Gusano Musical):
Mozart desafía a Haydn para que interpretase de corrido una pieza que acababa de componer.
Haydn se sentó al piano con una sonrisa de paternal suficiencia, inició la ejecución de la partitura y, de pronto, se paró abruptamente. La partitura mostraba una nota que correspondía al centro del teclado, mientras la mano derecha debía tocar un triple agudo y la mano izquierda un bajo profundo.
¡ Nadie puede tocar esto con sólo dos manos ! exclamó Haydn levantándose.
Yo puedo ( dijo Mozart tan tranquilo ) es muy fácil.
Se sentó frente al teclado y repitió la ejecución de la pieza. Al llegar al momento conflictivo, se inclinó rápidamente y tocó la nota central con la nariz.
-Es verdad, resulta fácil- admitió Haydn, si se tiene una nariz como la tuya.
Me gusta repetirlo, «hay genios y genios totales» Mozart era TOTAL.
Otoño 2017.