Recientemente, me ocupé de la extraordinaria empatía que en sus tiempos mantuvieron Haydn y Mozart. Hoy, sin embargo, pretendo mostrarles un caso totalmente opuesto, la mala sintonía que siempre tuvieron dos contemporáneos del romanticismo: Brahms (1833-1897) y Tchaikovsky (1840-1893).
Aunque ambos nacieron un 7 de mayo, de distintos años, esto no les sirvió para que guardasen, el uno por el otro, el mínimo respeto o consideración personal.
En blanco y negro Brahms, en color Tchaikovsky.
El célebre Nikolas Slonimsky ( también llamado Doctor Gusano Musical), cuenta que en el diario de Tchaikovsky, en la entrada del 9 de octubre 1886 escribió …
«»He tocado la música de ese patán de Brahms. ¡No tiene nada de talento, el muy desgraciado! Me molesta que un mediocre ampuloso como él sea considerado un genio. Comparado con él, Raff es un gigante, por no hablar de Rubinstein, que al fin y al cabo es un ser humano vivo e importante, mientras que Brahms es una cosa caótica y completamente seca, vacía.»»
Casi todos los estudiosos de la historia de la música, coinciden en que ambos personajes nunca se llevaron bien pero de ahí a dejar a conciencia evidencias cercanas al insulto, me parece una barbaridad.
Otoño 2017.