El próximo 30 de agosto se cumplen 3 años del fallecimiento de Oliver Sacks, neurólogo que vivió 82 años y que dejó una amplia literatura sobre sus experiencias médicas.
Comprendo perfectamente que, cualquiera al leer el título del presente post haya sentido curiosidad por saber de que se trata o pase olímpicamente y a otra cosa mariposa; son, a mi modo de ver, los riesgos de usar un lenguaje excesivamente riguroso y científico en contextos no procedentes como en este caso.
De qué hablamos cuando la neurología utiliza el enunciado que afortunada o desafortunadamente se me ha ocurrido insertar?
Pues hablamos sencillamente de los conocidos vulgarmente como «gusanos musicales», muchos de vosotros recordaréis que ya hace algún tiempo me ocupé de ellos de forma extensa y por cierto, con una notoria aceptación, pero hay que comprender que Sacks en su libro Musicofilia (2009) utilice el lenguaje que le corresponde en función de su profesión.
(En la foto O. Sacks, superando ya los 80)
No es mi propósito hoy volver a la carga con los «gusanos musicales», simplemente se trata de recordar la importante figura de este hombre de ciencia, muy ligado también a la música y que en vida hizo todo lo que pudo por ayudar a las personas con graves problemas neurológicos por cierto, muchos de estos problemas con una fuerte carga de manifestaciones musicales.
Dado que en esta vida, nadie estamos libres de padecer cualquier tipo de trastorno de los que el doctor relata en Musicofilia, recomiendo, si aún no lo has hecho, la lectura del libro porque además de cubrir tu curiosidad, puede ayudarte en caso de desgraciada necesidad.
Te dejo este enlace de youtube por si quieres saber que es un gusano musical, este es uno de los ejemplos más claros, convertido ya en histórico
José Manuel Macias Romero
29 agosto 2018.