«Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la VOLUNTAD.»
(Albert Einstein)
Este blog, al que da nombre un amigo de MAHLER, Farkas (el pastor), tiene a menudo la necesidad de recurrir al Maestro.
Hoy, principios de primavera pandémica, alimento esa necesidad ocupándome un poquito de su 3ª sinfonía que para mí, es un engranaje fundamental en la dilatada obra mahleriana. Y, a propósito, decía el compositor: «quien sepa escuchar se dará cuenta que mis sinfonías son mi vida.» Y, cuánta razón tenía, en esta 3ª hay mucho de lo poco que vivió!
A los efectos, dice Henry-Louis de La Grange (uno de los más cualificados biógrafos de Mahler):
«La apoteosis conclusiva de la 3ª, es, sin duda, uno de los pasajes más sinceramente optimistas de Mahler. En ella, todas las preguntas encuentran respuestas; todas las angustias, consuelo. Con este gran himno al Creador del Mundo, concebido como la fuerza suprema del Amor, el compositor sube el último peldaño hacia la Luz eterna.»
La estrenó el propio autor en Berlín el 9 de marzo de 1897 y debido a su extensión temporal (100 minutos de duración) sólo se interpretaron los movimientos: 2º, 3º y 6º. Se cuenta, que los silbidos y gritos de desaprobación ahogaron los aplausos; al día siguiente, la prensa alemana se despachó sin piedad: tragicomedia de compositor sin talento, de farsante, de cómico musical.
Pues, a pesar de todos estos graves calificativos, Mahler o la voluntad personificada, no se rendía a la crítica que le tocó sufrir; al contrario, con más firmeza que nunca hacía gala de una de sus conocidas sentencias: «para estar donde hay que estar hay que ser un eterno aprendiz«, cuestión que la historia se ha encargado de demostrar.
A estas alturas de tu posible, generosa lectura, puede que comiences a sentir la necesidad de ver y oír la 3ª sinfonía de Gustav Mahler y, si así fuera, eres afortunado porque habrás hecho una excelente inversión de tu ocio o estudio de la que jamás te arrepentirás.
Pero, si me permites aconsejarte, te invitaría a conocer la grabación que en febrero 2010 (un año antes de cumplirse el primer centenario de su muerte) grabó una orquesta tan identificada a Mahler históricamente como la del CONCERTGEBOUW de AMSTERDAM. Personalmente, sin duda, creo que es una de las históricas, dirigida por el fallecido Mariss Jansons con la voz de la mezzo Bernarda Fink, en ella se observa que al menos 3 atriles son ocupados por españoles (2 percusionistas y el solista de oboe), puede parecer anecdótico pero dice del nivel que adquieren algunos profesionales españoles.
También, seguro que te interesará visitar en youtube la versión que en 2007 grabó Claudio Abbado con la Orquesta del Festival de Lucerna y en la voz la contralto Anna Larsson, mi humilde opinión considera que esta versión es un poco más artística que la anterior pero no olvidemos que se trata de una orquesta «ocasional» muy rebuscada por Abbado entre los mejores atriles del mundo y ayudada además por una realización técnica en la grabación que veo muy difícil superar.
Otra versión digna, cómo no! de visitarse en youtube es la de Bernstein con los filarmónicos vieneses, mucho más antigua que las anteriores y por tanto más deficiente su grabación que no su interpretación.
Concluyo utilizando el argot musical por ello, resuelvo:
Mahler, con sus 51 años de vida y su legado musical, nos ha evidenciado la fuerza de la voluntad como motor para conseguir grandes logros y además, sin pamplinas, él lo anunciaba: «Mi tiempo llegará».
Creo sinceramente que llegó para quedarse definitivamente entre nosotros y muchas generaciones venideras!
Gustav, vacilando en su época.
Primavera 2021.