
«Si después de mi muerte, algo no suena bien (le dijo al famoso director OTTO KLEMPERER) ¡cámbialo!. No sólo tienes el derecho sino también el deber de hacerlo.» (frase de GUSTAV MAHLER)
«Mi tiempo llegará…» (frase de GUSTAV MAHLER)
Desde mi punto de vista es lamentable que ocurra pero así es: las palabras son objeto de las modas como si de pantalones o faldas se tratara. Es lo que últimamente está sucediendo con la palabra resiliencia que, existiendo desde siempre, ahora es muy sonante o sea: de moda.
Algunos austríacos, contemporáneos de GUSTAV MAHLER en multitud de ocasiones lo tildaban de «prepotente», «orgulloso y altanero». Claro que quienes así opinaban por muchos estudios superiores que tuvieran, lo hacían desde posturas xenofóbicas muy cercanas al odio más profundo (no podían superar que un creador musical de tan alto calibre fuera de ascendencia judía).
Pero, la verdad acabaría imponiéndose con hechos! ¿Cuántos creadores musicales han sido capaces de admitir e incluso aconsejar a sus seguidores que, si algo de su obra suena mal que inmediatamente se cambie? Personalmente no sé de ninguno pero si vosotros lo sabéis, por favor un breve mensaje que se os agradecerá.
GUSTAV MAHLER que como es sabido murió muy joven (51 años) pasó casi toda su vida esperando el éxito como compositor. Hasta el estreno en Munich (12 septiembre 1910) de su 8ª sinfonía no le llegó. Todo lo anterior eran durísimas críticas cercanas a la «mofa» pero jamás perdió la esperanza y como prueba de ello repetía cuando venía al caso: «Mi tiempo llegará…»
Y, su tiempo llegó, tarde pero llegó para conocerlo ocho meses antes de su muerte. Se estrenaba en Munich su 8ª sinfonía a la que el empresario encargado de organizar el evento llamó la sinfonía de los «mil» dada la gran participación de solistas de voces, coros y músicos de la orquesta.
La vida, le negó el privilegio de estrenar su 9ª, las partes orquestadas de la 10ª y su gran obra La Canción de la Tierra, murió en Viena el 18 de mayo de 1911.
A raíz de su esperada pero pronta desaparición, se produjo un acercamiento a su obra de grandes dimensiones de modo que hoy, anunciar una sinfonía de MAHLER es garantía de venta de todas las localidades de la sala por grande que sea ésta y si los intérpretes son de solvencia absoluta puede que seis meses antes del concierto el papel se haya agotado.
Acabo con una breve historia real que revalida la famosa frase del compositor: «Mi tiempo llegará…»
Una maravillosa soprano alemana, especializada en WAGNER y que trabajó en la ópera de Budapest para MAHLER le preguntó cierto día: ¿Qué piensa Ud de sus sinfonías?.
MAHLER contestó: «Dentro de un siglo, se ejecutarán en enormes salas con capacidad para miles de personas y serán grandes festivales populares»
Personalmente añadiría: «muchas de esas miles de personas llorarán y reirán porque habrán comprendido la esencia de su música.»

Invierno 2022.